Elegir un régimen nutricional no es simplemente decidir qué comer. Se trata de todo un estilo de vida: mediante la dieta construyes tu identidad, porque por ella defines qué páginas de Internet lees, con quién socializas y hasta a qué puestos de trabajo te postulas. Sin embargo, muchas veces por no salirte de tu plan puedes hacer elecciones poco adecuadas. ¿Cómo saber que no estás dándole a tu cuerpo lo que necesita?

Debes consultar con un experto en salud para identificar las deficiencias que tu organismo esté enfrentando. Los profesionales te indicarán un test de sangre para verificar tu nivel de hierro, vitaminas B12 y D, e incluso el funcionamiento de la glándula tiroides. Dependiendo de los resultados, deberás cambiar tu dieta o agregarle un suplemento dietario. De todos modos, aquí te presentamos una breve guía que puede servirte como un primer diagnóstico.

• Comienzas a sufrir nuevos problemas de salud: ¿estás comenzando a sufrir anomalías de salud que no tenías antes y ahora sí, poco después de empezar tu nueva dieta? Si notas un descenso excesivo de peso o de pronto ganas los kilos perdidos, sientes dolores de cabeza repentinos que no consigues calmar, te salen caries o te sientes descompuesta, quizás sea el momento de consultar con tu nutricionista.
  
  
• Sientes estados de ánimo repentinos: si de pronto te sientes más ansiosa, desconcentrada o inestable que antes, puede que estés pasando por deficiencias nutricionales. Los estresores cotidianos son más difíciles de enfrentar cuando al organismo le falta vitamina B12, vitamina D, proteínas o grasas esenciales.
  
  
• Tienes antojos excesivos: ¿dedicas demasiados momentos en el día a pensar en todos los alimentos que dejaste de lado en tu nuevo régimen? Entonces, tal vez haya algo en esa comida que tu cuerpo te está reclamando. Sentir hambre inmediatamente después de haber comido o tener antojos muy fuertes que antes no tenías pueden ser signos de que te faltan proteínas, grasas o hidratos de carbono.
  
  
• Estás sumamente cansada: si cuando te despiertas por la mañana no te sientes descansada, o bien, te sientes agotada en el día y con un exceso de energías de noche, puede que tu dieta esté causando problemas en tu energía.
  
  
• Tienes miedo de las opiniones ajenas: ¿estás convencida de que si nadie te estuviera mirando, comerías diferente de como lo haces en público? Una de las primeras cosas que tenemos en cuenta cuando cambiamos nuestra dieta es la opinión de las personas cercanas a nosotros. Si ahora sientes antojos por determinados alimentos o tienes vergüenza de que te vean comer, trata de rever tu cambio de hábitos con un profesional.