La quimioterapia es un tratamiento para luchar contra el cáncer, que es bastante agresivo pero con frecuencia, sumamente necesario. 

Según la Sociedad Americana de Cáncer, esta terapia implica el uso de drogas muy fuertes que son capaces de destruir las células cancerosas, pero que al mismo tiempo dañan las células sanas y varias partes del cuerpo. Mantener una nutrición adecuada es esencial si estás llevando adelante un tratamiento contra el cáncer.

Comer bien durante la etapa de la quimioterapia es esencial para mantener altos los niveles de energía. Además te ayudará a recuperarte más rápido y a prevenir infecciones. Incluso, en muchos casos el hecho de alimentarse integralmente ayuda a los pacientes a tolerar mejor los efectos secundarios del tratamiento. Pero veamos qué incidencia puede tener esta terapia en nuestra alimentación.

• Problemas digestivos: los tratamientos contra el cáncer suelen provocar pérdida de apetito, vómitos, mareos, llagas en la boca, diarrea y estreñimiento. Estos efectos dolorosos o molestos pueden tener influencia en tus ganas de comer.
  
  
• Cambios de gusto: según el Instituto Nacional de Cáncer de EEUU, uno de los efectos más comunes de la terapia son los cambios en el gusto. Es normal que sientas náuseas ante ciertos alimentos. Por eso es importante que evites comer cosas que tengan mal sabor y elijas alimentos blandos, como por ejemplo, pan, arroz, frutas enlatadas o puré de papas. También puedes consultar a tu médico para tomar medicación contra los mareos.
  
  
• Sensibilidad intestinal: como ya sugerimos, la quimioterapia puede causar estrés al aparato gastrointestinal. Por eso debes evitar las bebidas gaseosas y las comidas que provoquen gases como los garbanzos y la col. Además, procura hacer ingestas frecuentes y en pequeñas cantidades para facilitar la digestión y estimular el apetito.
  
  
• Nuevas necesidades nutricionales: de acuerdo con el Instituto Nacional de Cáncer, las personas que están tratando el cáncer deben consumir mayor cantidad de calorías, sobre todo provenientes de alimentos proteicos. Las proteínas aceleran la recuperación del cuerpo y de los tejidos "desagastdos" y por ende deben ser ingeridas cuando sea posible. Lácteos enteros, aceite de oliva, huevos, carne, nueces, pescado, crema de maní son alimentos cargados de los nutrientes necesarios.

No obstante, si te cuesta mucho nutrirte a través de las comidas (y si un profesional médico lo considera adecuado) puedes obtener los elementos que necesitas con ayuda de bebidas suplementarias o mediante alimentación por tubo.