Ciertos aditivos alimentarios que se encuentran en los snacks infantiles más comunes, han sido relacionados con el desarrollo de TDAH y problemas de conducta en los niños. Las dietas altas en azúcares refinados promueven picos de energía y de glucosa en sangre que provocan rabietas y pérdida de concentración, tanto en casa como en la escuela. Evitar estos alimentos es un método de largo plazo para incentivar a nuestros hijos a estar sanos y ser felices.

A continuación veremos cuáles son los nutrientes clave que todo niño debería incorporar, y por qué es importante incluirlos en el régimen cotidiano. También mencionaremos elementos artificiales que es mejor evitar para promover la salud y garantizar un crecimiento sano.

Algunos tipos especiales de ácidos no son producidos por el cuerpo humano y por eso debemos incorporarlos a través de la comida. Distintos estudios han demostrado que un bajo nivel de aceite esencial reduce la habilidad de lectura y el rendimiento de la memoria a corto plazo. Por el contrario, su consumo mejora el foco en clase y reduce los comportamientos de enfrentamiento hacia los padres y los maestros.

Puedes encontrar ácidos grasos esenciales naturalmente en el pescado, las sardinas y la caballa; las semillas o el aceite de lino y cáñamo; en frutos secos como nueces y almendras. Si no tienes tiempo de conseguir estos alimentos o cocinarlos, puedes comprar en tu tienda local aceite de pescado de alta calidad especialmente diseñado para niños.

Una baja proporción de esta vitamina en sangre está relacionada con una función cognitiva pobre y un sistema inmune más débil. De hecho, un estudio muestra que suplementar la alimentación de los niños en edad escolar con vitamina D puede mantenerlos alejados de la gripe estacional. En verano, nuestro cuerpo sintetiza el nutriente por medio de los rayos solares; sin embargo durante el invierno es más difícil obtener esta vitamina.

Por eso debes intentar mejorar la presencia de vitamina D en tu organismo a través de la dieta. Los huevos de pastoreo, el salmón y los hongos son las fuentes más importantes. A veces es necesario incluir suplementos dietarios para aumentar la nutrición de los más pequeños y asegurarse de que obtengan las cantidades adecuadas de vitamina D.

Tal como sucede con los adultos, los niños deberían comenzar el día con el azúcar en sangre estabilizado; esto les permite mantenerse concentrados y con energía. Sin embargo, la mayor parte de los alimentos y cereales infantiles son pobres en proteínas y aportan una dosis muy alta de azúcar refinado, colorantes artificiales y conservantes. Ninguno de esos elementos es beneficioso para la salud.

Trata de preparar para tus hijos comidas que contengan lentejas, garbanzos, legumbres, pollo orgánico, huevos, carne de pastoreo natural, bisonte, cerdo, lácteos, nueces, semillas. Algunas ideas para un desayuno que promueva el crecimiento sano y ayude a mantener la concentración son: yogur entero con miel y frutos secos, bayas y semillas; un batido de chocolate con polvo de proteína vegano; barras caseras de cereales.