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Posisiones de yoga para unos brazos envidiables

Si no sólo deseamos fortalecer, sino lograr una asombrosa definición de los grupos musculares, en el caso de hoy, los brazos, podemos hacer uso de algunos ejercicios de yoga que harán que nuestros brazos adquieran un aspecto hermosamente definido, y adquieran una fortaleza que no creíamos posible.

Estos ejercicios robustecen los músculos desde la parte más interna de los mismos, la más cercana al hueso, hasta la más externa. 

Trabajan intensamente los músculos implicados, ya que requieren un tipo de contracción, la isométrica, que es la determinante para delinear la forma del músculo. Esta contracción no hace que el músculo se estire, o se extienda, sino que los obliga a empujar hacia el hueso y así se expanden desde lo más profundo, dándoles fuerza y forma espectaculares.

Antes de pasar a ejercicios más complejos e intensos, es necesario que dominemos los siguientes que os vamos a explicar:


Sitúese boca abajo, apoyándose sobre los antebrazos, alineados con los hombros, y mantenga manos y muñecas perfectamente rectas hacia delante, con las palmas de las manos pegadas al suelo.

Apóyese sobre la punta de sus pies, tome aire, y expúlselo a medida que eleva su cuerpo, entero, recto, como una tabla, dejando los antebrazos, manos y puntas de los pies, en el suelo.

Debe permanecer recto, desde la coronilla, hasta los talones, tensando los abdominales (se tensan sobre todo, los abdominales transversales profundos), para mantener la columna vertebral recta. 

Relaje en lo posible la parte superior de la espalda, para mantener así una línea recta lo más perfecta posible y asegúrese de que sus piernas están rectas.

Manténgase así unos 10 – 15 segundos, al principio, y cada dos o tres días vaya sumando 15 segundos hasta que pueda mantenerse así un par de minutos.

Sitúese sobre un tapete y tome dos bloques de yoga. Póngase de rodillas y cruce las pantorrillas una sobre la otra. Sitúe los bloques pegados a sus rodillas.

Ahora, tome una buena bocanada de aire, coloque sus manos en los bloques, y al mismo tiempo que ejerce su fuerza sobre las manos, eleve los talones hacia sus glúteos, quedando así todo su cuerpo suspendido en el aire como un péndulo. 

Vaya exhalando el aire. Ha de quedar con su rostro y su cuerpo casi paralelos al suelo.

Si no le es posible conseguir que todo su cuerpo esté despegado del suelo, apóyese lo más ligeramente posible sobre los dedos de los pies, tratando de mantener sus glúteos elevados y lo más alejados del suelo, con sólo sus dedos rozándolo. 

Con el tiempo, logrará quedarse suspendido sobre sus manos solamente. Una vez suspendido sobre los bloques, haga dos respiraciones completas, y descienda de nuevo a una posición de sentado. 

Cambie el cruce de sus gemelos y repita. Haga dos series. Ha de lograr alcanzar permanecer en dicha posición durante cinco respiraciones.

Apóyese sobre sus manos y rodillas en el suelo. Ahora realice un movimiento hacia delante, manteniendo fijos los apoyos, mientras va descendiendo la cabeza hacia el suelo, con la barbilla hacia delante, y mantiene la base de la rabadilla elevada, quedando en diagonal con el suelo. 

La barbilla casi ha llegado al suelo y los brazos han quedado flexionados pegados al torso. 

A continuación, ícese usando los brazos, echando el pecho hacia delante y arriba, y retorne de nuevo a la posición inicial.

Haga al principio unas 5 – 10 repeticiones hasta llegar a 20. Cuando logre dominar esta variante, intente hacer las flexiones Chaturanga propiamente dichas: igual que la descrita, pero con las piernas y rodillas sin tocar tierra.

Sitúe un bloque sobre su lado horizontal, en la colchoneta. En cuclillas frente a él, y con las manos en el suelo, súbase ahora con la punta de los pies, dejando los talones al aire, sobre el bloque.

Abra sus rodillas en posición de mariposa. Ahora, coloque las palmas de las manos en el suelo, planas, y separadas la distancia del ancho de sus hombros, con los dedos extendidos.

La parte interna de sus rodillas deben estar tocando la parte exterior de sus brazos, cerca de los hombros.

A continuación, despacio, comience a llevar su peso hacia sus manos, presionando fuertemente en ellas mientras lo hace.

Apóyese firmemente en sus abdominales, y apriete el interior de las rodillas contra el exterior de sus brazos. No eleve las caderas en el aire. 

Y separe sus pies del bloque, dejándolos recogidos detrás de sus pantorrillas, cerca de sus glúteos.

Trate de hacer cinco repeticiones. Descanse y a continuación, repita de nuevo.

Si logra hacer estos ejercicios, algo que podrá conseguir con práctica y constancia, verá cómo sus brazos van adquiriendo un aspecto torneado, y muy definidos, y con una fuerza espectacular.

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