Comer la suficiente cantidad de fibra que tu cuerpo necesita diariamente es importante por varias razones. Por un lado, es importante para prevenir enfermedades crónicas como problemas en el corazón, algunas formas de cáncer y la diabetes. Por otro lado, puede ayudar a perder peso ya que al comer alimentos con este nutrimento nos sentimos más llenos por más tiempo. Por lo tanto comemos menos en general.

La mayoría de la gente come menos fibra de la que necesita diariamente, y esto se debe principalmente a malos hábitos ligados a las características de la dieta occidental. 

La buena noticia es que aumentar el consumo de fibra no es difícil. En este artículo te contaremos algunas formas para aumentar tu consumo de este carbohidrato.   

Revisa las etiquetas nutrimentales de los productos que quieres consumir y escoge los que tengan más fibra por porción. 

Para que un producto o alimento sea considerado alto en fibra debe contener 5 g de fibra por porción. 

Los productos que generalmente son más altos en fibra son los panes multigrano o integrales, galletas integrales, tortillas de maíz, tostadas de salvado, cereales con fibra, avena, entre otros.

Intenta, en la medida de lo posible, comer frutas y no consumirlas en forma de jugo. Las frutas enteras y con piel tienen toda la fibra que se pierde cuando se procesan para hacer jugo.

En cuanto a los vegetales, come al menos 5 porciones al día, recomiendan los expertos. Intenta que los vegetales sean parte de cada una de tus comidas y refrigerios, especialmente los que tienen mucha fibra, como el brócoli y los vegetales de hoja verde.

Las legumbres son una excelente fuente de fibra, llenan muy rápido y son baratas. Intenta comer lentejas, frijoles, porotos y/o arvejas varias veces a la semana. 

Prefiere las naturales, remojándolas durante toda la noche antes de cocinarlas. Pero si comes las que vienen enlatadas, intenta lavarlas con agua antes de servirlas para quitarles el exceso de sodio.

Como mencionamos anteriormente, las cáscaras comestibles de algunas frutas tienen mucha fibra, incluso más que toda la fruta, por lo que es recomendable que comas la fruta con la piel incluida. Para evitar los pesticidas, lávalas bien con agua antes de consumir y, si puedes, compra frutas orgánicas.