Lo cierto es que las decisiones que tomamos día a día, como, qué comer, hacer ejercicio o no, qué productos usar para nuestro cuidado personal, etc., afectan no sólo a nuestro peso y salud, sino también al aspecto de nuestra piel. 

Una piel visiblemente hermosa, es producto no sólo de la genética de cada persona, sino de los cuidados generales que se le apliquen.

Aunque nos parezca mentira o un tanto exagerado, lo cierto es que lo que comemos afecta al aspecto saludable o no de nuestra piel.

Cuando ingerimos grandes cantidades de antioxidantes, por ejemplo, como los que contienen las frutas, las verduras, y también el pescado, ayudamos a proteger nuestra piel.

Y es que para mantener una piel hermosa, es necesaria una dieta adecuada, porque la piel no solamente es el carnet con que aparecemos ante el mundo, sino que es uno de nuestros escudos protectores principales. 

Si queremos que la apariencia y textura de nuestra piel presenten el brillo de la juventud, es importante es consumo de vitamina C, asociada paralelamente a un menor consumo de grasas y carbohidratos.

Por otra parte, lo mejor es consumir proteínas completas (como huevo, y pescado) y carbohidratos complejos (como los que hay en los cereales integrales y las pastas).

Es sabido que el ejercicio es un tonificante general de nuestro organismo, mejorando todos los aspectos funcionales del mismo. 

Y en cuanto a nuestra piel, el órgano de mayor tamaño, es directamente mejorada y saneada, gracias a una disciplina correcta de ejercicio, ya que éste mejora y aumenta nuestra circulación.

Así nuestra piel obtiene una mejor y mayor nutrición, gracias al incremento de oxígeno y nutrientes, que promueve el ejercicio físico.

Además, se estimula la producción de colágeno, lo que determina directamente una mayor elasticidad y firmeza de la piel. 

Y no temamos el sudor, todo lo contrario, permitamos su liberación no usando tejidos apretados al hacer ejercicio. 

Una vez hayamos concluido, lavémonos bien toda la piel para evitar las posibles irritaciones que los acúmulos de sudor pudieran producir.

Es contradictorio pretender aparecer radiante tras reiterados trasnoches, pues producen el efecto contrario al ejercicio: ojeras, piel pálida y ojos hinchados.

Si queremos mantener una piel sin arrugas prematuras y sin un aspecto ajado y envejecido, es primordial que consigamos mínimo entre 7 y 8 horas de descanso.

Asimismo, tengamos cuidado con nuestra forma de dormir, porque las arrugas no solamente aparecen por la expresión continuada de nuestras caras, también las continuas presiones de la almohada van configurando determinadas arrugas. 

Si no queremos amanecer con bolsas bajo los ojos, no durmamos boca abajo; las señales en nuestro rostro denuncian nuestra postura sobre la almohada, y se van quedando marcadas si son habituales: intentemos evitarlas durmiendo en lo posible, boca arriba.

La segunda causa de arrugas prematuras después de la constante exposición al sol, es el hábito de fumar. Esto es porque el fumar reduce la circulación sanguínea y causa el rompimiento del colágeno. Así que, aquí tienes otra importante razón para dejarlo.

No  crea que su piel solamente necesita una buena crema rica en vitaminas C y E para mantenerse sana y resplandeciente. 

Como hemos comentado líneas arriba, la piel es nuestro órgano más grande, y recibe sus nutrientes no solamente a través de su superficie exterior: 

Fundamentalmente lo hace desde la vascularización de sus capas más internas, conectadas directamente con la parte más íntima de nuestro cuerpo. Con lo cual, su nutrición más importante proviene de la circulación sanguínea. 

Por eso es vital que consumamos alimentos ricos en las vitaminas mencionadas. 

Además, incorporar selenio en las cantidades recomendadas puede ayudar a nuestra piel a evitar el daño solar, inclusive a revertir ciertos signos de envejecimiento, como las arrugas y la pérdida de coloración.

Por tanto, sin descuidar ninguno de los factores mencionados, obtendremos una piel que a buen seguro suscitará más de un halagador comentario.