Una de las bebidas más saludables que hay y con más efectos beneficiosos sobre la salud: el té verde.

Sus acciones sobre nuestro organismo son tan positivas, que desde hace mucho tiempo es objeto de investigación científica, para determinar y delimitar qué áreas concretas de acción y qué usos reales pudiera tener. Sin embargo, es un hecho que no todas las vías de investigación avalan algunas de las acciones que se le atribuyen.

Lo cierto es que nuestra salud no depende solamente de los suplementos y alimentos que tomemos; ninguno de ellos nos protegerá indefinidamente de enfermedades, ya que la esfera de nuestra salud no sólo está condicionada por nuestros hábitos alimenticios, también la genética tiene un papel fundamental, así como nuestro estilo de vida. 

Así que, es lógico que por más que bebamos litros de té verde diariamente, si no lo acompañamos de ciertos hábitos, como actividad física, abstenernos de fumar y una dieta realmente saludable, no podremos disfrutar plenamente de sus beneficios.

Sin embargo, hay una serie de efecto muy provechosos, y ciertos, que podemos enumerar.

En quienes tienen diabetes, se ha encontrado cierta acción protectora del té verde manteniendo unos niveles de glucemia (azúcar en sangre) algo más estables. 

Este papel está vinculado a la presencia de las EGCG (epigalactocatequinas galate) o catequinas propias del té verde, que además, tienen otros efectos, como reducir el colesterol y la presión arterial, colaborando a evitar el perjuicio que una dieta con alto contenido en grasas pudiera ocasionar.

Este papel regulador del azúcar se incrementa si hacemos del té verde la bebida que sustituya a las bebidas azucaradas. 

Por ejemplo, si sustituyésemos una lata de refresco por una o dos tazas de té, en el transcurso de un año nos ahorraríamos 50000 calorías, es decir, unos 7 kilos. 

Claro que sin añadirle miel o azúcar a la infusión de té verde.

Nos estamos refiriendo en concreto, al alto contenido en catequinas, que, son poderosos antioxidantes que luchan contra la degradación celular y previenen su daño. 

Aunque hay algunas evidencias que muestran que el ingrediente más activo del té verde, la epigalactocatequinas galate o EGCG,  pudiera ayudar a perder peso, esto no ha sido confirmado por otros estudios. De cualquier forma, es cierto que el té verde no produce una eliminación milagrosa de gran cantidad de kilos. 

Pero por la capacidad de las EGCG, puede jugar un cierto papel en dicha pérdida de peso, evitando los acúmulos de colesterol, aumentando el flujo sanguíneo y estimulando el metabolismo y la diuresis 

Además, si se toma en sustitución de bebidas carbonatadas, su influencia en la pérdida de peso sí es evidente.

Posibles efectos sobre el cáncer: 

Aún se encuentran en las primeras etapar todas las investigaciones que están tratando de demostrar el papel del té verde en la prevención o curación del cáncer, aunque es cierto que se lo conoce por ayudar en el crecimiento de las células sanas en todas sus etapas.

Y aunque hay indicios que avalan el papel del té verde, no son concluyentes. De hecho, el Instituto Nacional del Cáncer no recomienda su uso exclusivo para reducir el riesgo de ningún tipo de cáncer.

Sí se ha demostrado que produce un beneficio tanto en el flujo sanguíneo como en el control del colesterol, y hay muchos estudios que lo vinculan con un papel regulador de la tensión arterial y un cierto papel en el mejoramiento de la insuficiencia cardíaca congestiva.

Y su papel en la circulación no sólo se limita al corazón, también ejerce un papel muy beneficioso en el cerebro: beber té verde ayuda a un mejoramiento evidente de la circulación cerebral, como ha demostrado un estudio suizo llevado a cabo con resonancia magnética.

Este estudio demostró que quienes bebían té verde tenían una evidente mejoría en la irrigación de su cerebro y de zonas relacionadas con la memoria. 

También inhibe la formación de las placas que determinan la aparición del Alzheimer.

En contra de lo que se pudiera pensar, beber té verde nos ayudará a relajarnos, ya que contiene una sustancia química llamada teanina, cuyo efecto natural es calmante. 

Cómo preparar una deliciosa taza de té verde:

Evitemos echar el agua hirviendo sobre el té, ya que destruye las catequinas, sus mejores constituyentes. Lo mejor es que el agua quede en unos 70 -76º C.

A continuación añada limón, ya que la vitamina C ayuda a la absorción de las catequinas. 

Evitemos añadirle lácteos, juegan el papel contrario.

Tengamos presente que los niveles de nutrientes en los diferentes tipos de té verde suele variar en función de su calidad (y su precio), y que las bebidas enlatadas con té verde tienen pocas de las cualidades que hemos mencionado.

Su salud está por encima de todo, no escatime en calidad: aunque pueda permitirse menos cantidad,  la calidad de lo que consuma es determinante. ¡Animo y disfrute de un buen té verde!